jueves, 11 de septiembre de 2014

No solo en Navidad, de Heinrich Böll. Comentario de Ignacio en la tertulia 54

Quiero exponer una forma alternativa de interpretación, de análisis de lo que ha ocurrido en la sociedad alemana. Efectivamente, pienso que Böll está describiendo el papel de la familia como metáfora de lo que allí ha sucedido. Pero dándole vueltas, quizá quiera decir otra cosa, y nos encontremos con una salida, con una situación de esperanza. Lo que está poniendo en juego es una Navidad perpetua que se repite. No olvidemos el mecanismo filosófico en el que se había basado la idea de Alemania, es decir, la idea de Nietzsche del superhombre y el eterno retorno. Y quizá, lo que Böll está diciendo es que no podemos seguir basando la nación alemana en el eterno retorno, esa filosofía que cambió nuestras raíces.
A partir de ahí, ¿qué más me sugiere este cuento? Hay distintos tiempos, el tiempo que transcurre e instantes privilegiados, el instante del siempre. Para el cristiano, Jesucristo vino y lo crucificaron una vez, no tiene que volver después de quinientos años para que lo crucifiquen otra vez. Una vez y para siempre. Está el instante del Kairos, el instante de la oportunidad, el instante de la crisis, el instante del juicio. Y Böll, lo que está diciendo es que necesitamos otra vez la fiesta de la Candelaria, lo que necesitamos es que todo lo que ha pasado pase por la basura, pero no para que no exista una continua Navidad, sino para que exista otra Navidad, una nueva creación, porque esto es un simulacro.

El ser humano vive solo todos los instantes privilegiados. Uno nace solo y muere solo. Pero solamente hay un instante privilegiado que se vive de forma conjunta, la fiesta. Por eso es la fiesta de la Navidad, fiesta que hace una nueva creación. Y lo que Böll dice es que todos hemos participado en este circo, él también estuvo de soldado, Thomas Mann también en la SS, Heidegger se calló, vamos a pasar todo eso por el olvido y que exista una nueva Navidad. Igual no es tan desesperante y es una forma de plantear cómo salir de ese atolladero.

Por otro lado, quisiera plantear otra cuestión. Por las intervenciones que se han hecho, parece que la primera lectura de este cuento sugiere la repetición, incluso se ha hablado de lo siniestro en Freud. Sin embargo, desde el punto de vista psicoanalítico, cuando Freud llega al concepto de repetición, plantea cómo podemos explicar que algo que es desagradable lo traigamos continuamente a escena. Pero aquí, la tía Mila no estaba repitiendo algo desagradable, estaba repitiendo lo único que le era agradable. No está repitiendo en el sentido psicoanalítico creo. Mi pregunta es: ¿estamos hablando de una historia de apego o de una historia de repetición?

Respuesta de Gustavo Dessal a las cuestiones que planteaba Ignacio en la anterior intervención: Para no dejar en el aire el comentario a la pregunta de Ignacio, diré muy brevemente que, en efecto, parece haber una cierta contradicción entre la idea de repetición como algo demoníaco, y el hecho de que la anciana asuma esta repetición mecánica como algo que le proporciona placer. De todas maneras, no olvidemos que el cuento encierra una alegoría. La repetición no siempre muestra su carácter demoníaco de entrada. El sujeto, paradójicamente, se encuentra bien en ese mal. Tiene que producirse una serie de condiciones para que se le revele el carácter devastador de aquello que al principio parece asumir  bajo la forma del placer. 

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